Mochila,mochilaaaa !!!, para salir de mochilero tenía que comprarme una mochila para la ocasión, así que me fui a Rosario a comprarme mi mochi, también una bolsa de dormir y tenía pensado utilizar la carpa que tenemos en casa, pero un día antes del viaje acomode todas las cosas y sentí que la carpa Doite para 6 personas era exageradamente ultra pesadísima y mi espalda no soportaría tanto peso, así que Uriel me llevo al shopping a comprarme una para 2 personas mucho más liviana. Igualmente el día del viaje cuando tuve que ir hasta la casa de Uri, tome la mochi salude a mi familia, y camine unas eternas dos cuadras hasta su casa, Dios mío ¡!!!...no aguanto más ¡!!!, lo peor de todo fue cuando tome la mochi de Lucia y Uriel comprobé que eran extremadamente livianas y mas chica que la mía, me sentí el mochilero mas frustrado del mundo, dije esto no es para mí, pero “que traigo demás?, le pregunte a los chicos, tal vez un par de zapatillas y un pantalón, pero igualmente era súper pesada, con el tiempo comprobé que era la falta de costumbre y que en cada viaje ya sabes muy bien que llevar y que no, pero bue, ya estaba en el baile, así que “vamos nomas!!!.
El 8 de enero a las 17.30 salía el tren, nos alcanzo el padre del Uri en la combi, el “convoy” pasaría por mi ciudad y en las costas de la vía me estarían esperando mi familia para verme pasar en el tren verde, el famoso y tan querido Tucumano. De esta manera ya estábamos en viaje junto a Nahuel y su novia Candela, Uriel y su novia Lucia, Adrian, Naty y sol, un excelente grupo de chicos, por suerte pudimos conseguir pasajes en el sector pulman que tenía unos asientos muy cómodos tal así que eran reclinables y los podías enfrentar con el de atrás, ¡que loco! También tenía aire, el sector turista era el peor ya que no tenia estas comodidades.
Tomamos unos mates, hicimos unos juegos y cenamos, la noche se hacía presente, por momentos no teníamos idea de donde estábamos, cuando nos dispusimos todos a dormir, el vagón apago las luces, en mitad de la noche me despierto tal vez para acomodarme y medio dormido siento un extraño olor huy !!!, pensé ¿quien fue el hijo de puta que se cago mal ?, aguante la respiración por unos segundos y me quede dormido como un león. Por la mañana hicimos una pequeña parada y de repente siento a Candela que me dice “cómprate quesillo”, Cande había vivido unos años en Tucumán y sabia sobre algunas comidas que no eran muy comunes encontrar en Rosario, así que me compre el famoso quesillo que según ella lo utilizan más que nada para el desayuno y la merienda, es una especie de queso cremoso pero casero, podría decirse que es leche cortada de la cual solo se utiliza la “cuajada” el suero o liquido se tira, y está cuajada se prensa hasta quedar sin liquido, y queda en forma de quesos, la verdad me pareció rico, yo antes había comido en el campo cuando hacia mi abuela los quesos caseros pero creo que tiene un par de pasos más que no recuerdo.
Al mediodía llegamos a la terminal de San Miguel de Tucumán, nuestro hostel quedaba a 6 cuadras, por momentos pensamos en tomar un taxi pero teníamos que ser mochileros y acostumbrarnos a llevar el peso, así que caminamos nomas!!!, al llegar al hostel que Lucia había reservado días antes se dio cuenta que no era el mismo que había visto en las fotos de la Web, pero era otra sucursal, nos dijeron que era lo mismo y que si queríamos ir al otro teníamos que caminar unas 20 cuadras mas Whats ???, me pareció el peor hostel hasta ahora, ya que teníamos una habitación muy chiquita, la que nos toco creo que tenía unas 10 camas en una habitación de 4x4, una locura!!!, para llegar a la ultima cama de la cucheta tenias que tomar un ascensor !!!, igual nos instalamos ahí y salimos a almorzar y recorrer un poco el centro.
Almorzamos unas empanadas picantes en el centro lo cual eran muy ricas, luego fuimos a recorrer la plaza principal hasta llegar al Paseo Independencia donde está la famosa casita de Tucumán lugar donde se firmo nuestra independencia, pagamos una entrada de $5 y recorrimos un poco el interior, personalmente era un lugar que siempre quise conocer desde chico, me traslado en el tiempo y recordaba cuando en la escuela primaria la tenía que dibujar o pegar alguna figurita, después de tantos años pude conocer la famosa Casita, me puso muy contento y lo disfrute mucho.
Nuestra estadía seria muy corta en la capital tucumana así que nos fuimos a sacar pasajes para el día siguiente a Tafi del Valle, por el camino nos encontramos con un puesto de panchuques, Candela nos recomendó probar porque es muy común comerlos a toda hora, son una especie de salchichas bañadas en panqueques, muy rico y adictivo ajajaja, es como comer un pancho, los chicos recordaron que en Rosario había un puesto de panchuques y que no tuvo mucho éxito. Ya con los pasajes a Tafi nos fuimos al hostel a tomar unos mates y Candela se reunió con sus amigas tucumanas que hace años no veía.
En el hostel tomamos unos mates y nos duchamos para luego salir a cenar, el centro tucumano es muy lindo lleno de gente y los lugares de comida repletos, caminamos por sus peatonales hasta que encontramos un lugar para cenar, una noche muy tranquila con mucho calor pero agradable. Nos fuimos a dormir temprano ya que al otro día teníamos pasajes a las 11 de la mañana a Tafi, esa mañana entre tanto lio de ropas y que el lugar era chico salimos un poco a los apurones y entre ese lio me olvide mi toallon en una de las camas, la verdad mi poca experiencia como mochilero o viajero me estaba pasando factura, pero bue, me puse las pilas y trate de no olvidarme nada mas, aunque no lo pude lograr, ya que el Cafayate perdí el shampoo ajajaja..y en Tilcara un mate que era regalo para mi hermano pero por suerte lo encontraron y me lo devolvieron, en fin un desastre lo mio. Esa mañana en la terminal tomamos el Aconquija rumbo a Tafi, en la próxima entrada les cuento sobre uno de los lugares más lindo que conocí en ese recorrido.
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