Llegamos a la capital salteña por la tarde, nos hospedamos en el hostel Exxes cerca del centro, ahí nos estaba esperando Juan el novio de Romina a quien no conocía. Algunos salieron a recorrer el centro otros se quedaron en el hostel pero con Uriel y Lucia nos fuimos corriendo al MAAM Museo Arqueológico de Alta Montaña antes que cierre, eran las 18 horas aproximadamente cuando llegamos a la plaza principal y entramos al museo. La verdad no tenía idea de lo que yo esperaba ver, solo Uriel y Lucia me comentaron que vieron un documental de los niños momias Incas encontrados en el volcán Llullaillaco en mi imaginación esperaba ver algunas momias vendadas y en el cajón de vidrio como vemos siempre en los documentales pero esto era muy diferente a todo. Al ingresar se siente un tremendo frio, no por miedo sino por la baja temperatura que hay en el lugar, resulta que dentro del salón hay temperaturas bajo cero para mantener en estado todo lo que fue encontrado junto a los niños Incas, el recorrido comienza viendo los trajes y los equipos que fueron usados por los exploradores de la National Geographic, luego se comienzan a ver los elementos encontrados juntos a los tres niños, mantas y ofrendas. Luego del recorrido llegamos a la parte final que es ver a uno de las niños Incas dentro de un cubículo que está a unos 20 grados bajo cero, todo cercado con vidrio, y con una baranda que lo separa de la gente, es impresionante ver como un niño congelado parece estar dormido manteniéndose intacto, solo se puede ver uno por cuestiones de mantenimiento, cada dos semanas van rotando, el que nos toco ver es el niño de 8 años, impresionante, impactante, la verdad no esperaba ver semejante cosa. Vale la pena visitar el museo, es genial e imperdible, está totalmente prohibido sacar fotos dentro del lugar, solamente pude tomar una foto a escondidas de un guardia de lo que seria los contenedores de los otros dos niños.
El recorrido no dura mucho, mientras caminas hay grande laminas que te van explicando la historia de los Incas y de los niños. Para mejor apreciación de lo que estoy contando y de lo que pude ver, acá les dejo el documental de estos niños así podrán ver bien de que se trata el museo, está realizado íntegramente en la Argentina, lo bueno es que dicen que los yankees querían llevarse a los niños y montar el museo en su país, pero por suerte nuestro gobierno se puso firme y lo montaron frente a la plaza principal de Salta donde está la iglesia y el cabildo.
Hicimos un mini tour por la plaza, sacamos unas fotos frente a la iglesia y frente al cabildo, nos encontramos con los demás chicos y decidimos ir al hostel para organizar la cena y ver como seguía nuestra ruta, mejor dicho la idea era ver bien quienes podían ir a Iruya y si realmente se podía ya que nos habíamos enterado que hubo fuertes lluvias, días anteriores nos enteramos de la muerte de una mochilera Argentina en el Machu Pichu que fue arrasada por un alud, igualmente ya habían pasado los días de lluvias en Iruya pero teníamos que ver quienes podían ir y si veníamos bien con los días y el dinero. Con el Uri nos fuimos a la terminal a sacar los pasajes para el otro día rumbo a Tilcara Jujuy donde pasaríamos varios días en esa ciudad. Cuando regresamos al hostel ya estaban organizando la cena pero yo decidí ir a comer a la Casona del Molino, en ese momento sentía la necesidad de estar solo, no tenía problemas con los chicos y la mayoría me entendió por que ya me conocen, siempre estuve solo y a veces quería aislarme un poco de todos, insisto no me molestaban para nada, solo es estar solo un momento, así que me cambie y me fui a cenar a la Casona, luego irían los chicos mas tarde.
LA CASONA DEL MOLINO
Lo bueno de salir solo es verte obligado a relacionarte con gente para tratar de hacer amistades o simplemente pasar un buen rato charlando. Llegue a la Casona del Molino, muy recomendada por todos los viajeros, el lugar es una casa grande con varias habitaciones donde podes pedir para cenar y más tarde se arma lo que sería la peña, gente del lugar llegan con sus instrumentos a tocar para toda la gente, también se podía llevar instrumentos al lugar y prenderse a tocar con el grupo. Me senté en una mesita que tenía una velita como centro de mesa, pedí un estofado de cabrito y un vino tinto Quara de Cafayate, el lugar estaba lleno hasta que una pareja se acerco y me pidió una silla que yo tenía libre, así llegaron los amigos de esta pareja y me invitaron a sentarme junto ellos, conocí un santiagueño muy chistoso y ocurrente que no paraba de invitarme con fernet, también estaba un porteño que dijo que se vino a Salta para hacer un curso de parapente y que jamás volvió a Bs.As. y dejo plantada a su novia y su familia en capital, luego llego otra pareja que estaba con ellos.
Y así pasaron las horas hasta que llegaron mis amigos, Adrian se trajo la guitarra y nos fuimos a una de las habitaciones que estaba libre y nos sentamos a tomar unos tintillos. De esta manera llegaron los músicos, guitarras, bombos y violines hicieron de la noche una fiesta cantando temas folklóricos y también se permitía cantar cualquier género, un porteño se animo a cantar una bossa nova al cual aplaudieron con gran respeto. La noche se ponía cada vez mejor y vino va y vino viene terminamos todos un poco alegres y hasta los músicos se habían pasado de copas tanto es así que terminaron tocando con sus instrumentos cumbia y música de todo tipo para bailar, era copado escuchar una versión de “veni Raquel” con bombos y violines ajajaj, se puso muy bueno y se armo el gran baile, con trencito y túnel incluidos ajajaj. Así la Casona nos recibía con esa gran fiesta, un lugar imperdible para pasar una gran noche junto a los amigos o también por qué no, ir solo y hacerse de buenas amistades.
La única que se perdió la fiesta fue Sol que estaba descompuesta y se quedo durmiendo. Llegamos a eso de las 5 de la mañana al hostel muy contentos, cuando de repente Juani sale caminando a paso firme hacia afuera y gritando “no me voy de Salta hasta probar las empanadas salteñas” y tomo rumbo al centro, yo que tampoco estaba muy bien salgo a correrlo y en medio de la plaza lo tomo del brazo y trato de convencerlo que no eran horas ni el momento para buscar empanadas, cuando de repente vemos que unos travestis nos miraban sorprendidos por la situación, tanto es así que en ningún momento nos ofrecieron sus servicios, creo que estábamos demasiados borrachos, llegamos a un kiosco y Juan se compro un sándwich de miga y hablando con la boca llena repetía una y otra vez “quiero comer empanadas salteñas”, volvimos tranquilamente al hostel, Juani se tiro en la cama y así quedo, cambiado y hasta con las zapatillas puestas hasta el otro día, cuando me meto en la cama noto que tenia resortes que estaban ya muy estirados por lo vieja que era la cama, tanto es así que mi panza tocaba el piso, cuando me doy unas vueltas caigo al suelo, Uriel y Nahuel no paraban de reírse, la verdad no recuerdo si termine durmiendo en el piso o me volví a la cama, en fin.
Así de esta manera nos despedimos de Salta “la linda” y la verdad que si lo era, personalmente quede maravillado con esa provincia y me gustaría volver. Por la mañana tomamos el micro que nos llevaría a Tilcara provincia de Jujuy y pasar unos cuantos días en esa ciudad, nos vemos en la próxima entrada y gracias a todos los que siguen este viaje.